Investigan a una gendarme acusada de obligar a desnudarse a 100 reclutas mujeres

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Un nuevo caso de abuso de autoridad en las fuerzas de seguridad captó la atención de la comunidad y la Justicia. Una gendarme está siendo investigada por presuntamente obligar a más de 100 reclutas mujeres a desnudarse en circunstancias humillantes y denigrantes.

Los incidentes, que ocurrieron en marzo de 2022, son ahora parte de una investigación que reveló la magnitud del maltrato sufrido por las mujeres, incluyendo la exigencia de desnudarse incluso durante su período menstrual.

En sus testimonios, las víctimas expresaron haberse sentido «humilladas y denigradas», mientras que la acusada se mostraba sin remordimiento e inclusive con disfrute durante los hechos.

Los hechos sucedieron en la Escuela de Suboficiales de Jesús María, donde las mujeres eran obligadas a recitar el Decálogo del Gendarme Argentino sin ropa. Allí, las aspirantes debían formar desnudas al pie de sus camas, siendo además obligadas a vestirse y desvestirse repetidamente, tomando el tiempo que les llevaba cambiarse. Las denuncias incluyen además maltratos verbales y amenazas.

La causa fue elevada a juicio por el juez federal nº 3 de Córdoba, Miguel Hugo Vaca Narvaja, bajo las acusaciones de presunto abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionaria pública y exhibiciones obscenas.

Fueron un total de ocho los hechos denunciados, que para la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic) constituyeron casos de «violencia sexual y de género».

El caso sale a la luz semanas después de conocerse un violento «bautismo» de iniciación en el Ejército Argentino en el que arrojaron cal viva y sidra a 35 soldados en Córdoba. Debido a este ritual, unos 20 soldados terminaron con quemaduras en el esófago, estómago, pulmones y ojos. Este tipo de prácticas fueron prohibidas en 2022 tras la muerte del subteniente Matías Chirino, de 22 años, en Paso de los Libres.

Durante ese episodio, los soldados – de entre 20 y 25 años de edad -, fueron obligados a formar una fila arrodillados. Los mandos superiores les gritaban «Paracaidistas» a lo que los soldados debían responder «Siempre». En el momento en que abrían la boca para responder, les arrojaron cal viva y sidra, en lugar de harina, que es lo que se acostumbra.