La Policía de la Provincia inició un protocolo de búsqueda para encontrar a Johana González, una mujer de Fontana que fue vista por última vez el martes pasado cuando se subía a una camioneta. Las investigaciones comenzaron a partir de la denuncia de su madre, quien quedó a cargo de su nieto de solo 9 años, mientras intentan hallar nuevas pistas para dar con la mujer.
González, de 30 años, está en pareja con una persona de la misma edad y tiene un niño de 9 años que lo deja al cuidado de su madre cuando necesita salir. Ese fue el caso del martes 21, cuando se dirigió a la casa de su madre para dejarlo a su hijo. «Mami, ya vuelvo, me voy a ver si consigo plata, le dejo a D., para las 22:00 vuelvo», fueron las palabras que expresó la mujer antes de irse según denunció la madre de la joven.
A partir de ese momento, surgen una serie de incógnitas ya que no se supo más nada de ella. El día siguiente, la denunciante fue a buscar a su hija, y como no la encontró se dirigió a la estación de servicio ubicada en la intersección de la avenida 25 de Mayo y calle 14, sitio en donde Johana suele «tener amigas» con las cuales se «junta por la noche», comentó la madre de la desaparecida.
En lugar logró hablar con una de esas amigas, quien le dijo: «Yo la vi que subió a una camioneta Kangoo color gris, el martes a la noche y después no la vi más». Cabe resaltar que, la hermana de Johana, Paola González, confirmó a Diario TAG que la mujer es trabajadora sexual.
Seguido, al no tener más información que esa, la abuela del menor tomó la decisión de acercarse al domicilio de su yerno, lugar en donde vive su hija, y le preguntó si había tenido algún problema con Johana o si la había visto. A lo que respondió: «No, no peleamos y no la veo desde el martes tampoco».
A partir de esa respuesta, la madre de la joven juntó las pertenencias de su nieto para poder llevarlo a la escuela y regresó a su casa a esperar alguna noticia de su hija.
Johana es una joven de tez blanca, con cabello rizado de longitud media. Mide aproximadamente 1.60 metros y tiene una contextura robusta. Un lunar distintivo se encuentra cerca de su boca, en el lado izquierdo. No tiene piercings visibles, pero sí dos tatuajes: uno en el cuello con inscripciones en letras chinas y otro en el hombro izquierdo que representa a una chica con un tridente. No posee cicatrices visibles.
El día en que fue vista por última vez, Johana llevaba puesta una calza larga de color verde con pintitas negras, un buzo color crema con detalles rojos en el frente y en la espalda, y un gorro tejido marrón, dejando su cabello suelto. En los pies, usaba zapatillas tipo chatitas de la marca Nike, de color negro y dorado.